El entrenamiento mental en el deporte es un trabajo duro y a largo plazo. Igual que cuando el deportista entrena de forma constante y regular para mejorar su técnica. Existen diferentes métodos y enfoques, pero es especialmente importante trabajar con tres áreas de la psicología deportiva a la hora de entrenar la fortaleza mental del deportista.
Las tres áreas son: Atención, Diálogos Interiores y Proceso.
Te diriges en la dirección que ves
Es una forma de decirlo. El trabajo con la atención en el entrenamiento mental consiste, ante todo, en tomar conciencia de la importancia que tiene la propia concentración para el rendimiento en el aquí y ahora. Y luego sobre entrenar tus pensamientos para que seas capable en cambiar tu atención a lo correcto.
Entonces, ¿qué es «lo correcto»?
Lo llamamos «marco verde». En el marco verde están las cosas sobre las que puedes influir. Por ejemplo, tu atención, tus pensamientos y tus movimientos en este momento. Todas estas son cosas sobre las que puedes hacer algo.
En el extremo opuesto se encuentra el «marco rojo». Son todas las cosas que pueden llamar tu atención pero que están fuera de tu control. Puede ser el tiempo o el estado de ánimo del público. Y podría ser un error que acabas de cometer. Todas las cosas que pueden captar y mantener tu atención y despertar emociones en ti, como el enfado o la irritación. El problema es que tu atención se desvía de las cosas que realmente puedes cambiar.
Por lo tanto, un buen entrenamiento mental no consiste sólo en entrenar la mente para reconocer cuándo la atención se mueve en la dirección equivocada.
Ten una buena charla… contigo mismo
Todos lo hacemos. Hablar con nosotros mismos. Probablemente esté familiarizado con la sensación de que los pensamientos surgen por sí solos y le «llenan la cabeza». Estos pensamientos no parecen el guión de una obra de teatro en la que distintos personajes hablan entre sí, pero los llamamos diálogo interior.
No puedes evitar que se produzcan pensamientos. Y el objetivo no es, como muchos creen, eliminar todos los pensamientos.
Pero si quieres rendir más en el deporte, es fundamental que entrenes tus diálogos interiores.
Existen dos tipos de diálogo interior cuando se trata del entrenamiento mental en el mundo del deporte: los diálogos de la buena voluntad y los «no-diálogos». Y si entrenas bien tus diálogos interiores, podrás reforzar tu buen comportamiento y optimizar tu rendimiento.
En el diálogo de la buena voluntad, te centras en lo que quieres hacer. El diálogo de la buena voluntad es concreto, breve y práctico. Imagínate una situación deportiva en la que la presión es alta. Has cometido un error, y tu próxima acción podría ser crucial. No tendrás tiempo para una larga y cálida charla contigo mismo. Tienes que centrarte en lo que tienes que hacer a continuación y sólo en eso. Por eso el diálogo de la buena voluntad no consiste en «pensar en positivo». El diálogo de la buena voluntad es sencillo y claro.
¿El «no-diálogo»? Ya te lo has imaginado. El «no-diálogo» son los pensamientos que tratan sobre todas las cosas que no quieres. Lo que quieres evitar, lo que no puedes hacer, lo que no quieres hacer. Por lo tanto, el no-diálogo también puede referirse a algo malo que haya ocurrido y que quieras evitar que vuelva a ocurrir.
Lo complicado es que nuestros pensamientos se convierten rápidamente en no-diálogos, sobre todo cuando algo ha ido mal o nos ha afectado negativamente.
Pero con el entrenamiento mental adecuado, todo el mundo puede mejorar a la hora de dejar de lado los no-diálogos y pasar a los diálogos de la buena voluntad.
Concéntrate en el proceso y los resultados llegarán
Todo deporte consiste en obtener resultados. Incluso los pequeños quieren ganar el partido y se decepcionan cuando no lo consiguen. No hay duda cuando se alcanza la victoria.
Pero también debemos recordar que el deportista no está solo a la hora de conseguir una victoria o de afrontar una derrota. Por ejemplo, es obvio que una victoria o una derrota también dependen de los resultados de sus competidores. Un objetivo de rendimiento también puede ser marcar un triplete, alcanzar un determinado porcentaje de paradas o lograr un buen tiempo.
Los objetivos de rendimiento son claros, pero no dicen mucho sobre cómo alcanzarlos. Y si no consigues alcanzar los objetivos de rendimiento que te has marcado, puede que te asalten pensamientos y emociones negativas, que serán «ruido» para el trabajo que tienes por delante.
Por lo tanto, un deportista de éxito, tanto aficionado como de élite, trabaja no sólo en la fijación de objetivos para sus resultados, sino también para su proceso.
Un objetivo de proceso es un objetivo de «cómo». El objetivo de proceso es un objetivo en el que el deportista puede influir. Por ejemplo, puede ser una medida de cómo un deportista coloca su cuerpo en una posición concreta, como un lanzamiento, un puñetazo o una patada. También puede ser un equipo que acuerda sus posiciones en determinadas partes del juego.
Un objetivo de proceso es específico y detallado y se centra en el proceso que conducirá al resultado.
Los objetivos de proceso te mantienen centrado y mantienen tu atención. Y como el objetivo se formula de forma breve, concreta y precisa, te resultará más fácil llevar a cabo la acción.
MASS te ayuda en tres áreas de la psicología deportiva
La aplicación MASS es un asistente digital de entrenamiento mental. Con la aplicación, puedes centrarte en tres áreas de la psicología deportiva que son tan importantes para alcanzar la fortaleza mental:
Atención. Presta atención en lo importante: las cosas en las que el deportista puede influir. En MASS, la herramienta se denomina Atención (A).
Diálogos interiores. Todo el mundo tiene diálogos interiores. Los diálogos de la buena voluntad son útiles. Los diálogos de la «mala voluntad» perjudican el rendimiento. En MASS, la herramienta se llama Voluntad (V).
Proceso. En el deporte, es crucial trabajar con el proceso y no sólo con los resultados. Un objetivo de proceso es concreto y detallado y se centra en el proceso que conduce al resultado. En MASS, la herramienta se denomina Objetivo Proceso (P).